La obra objetivada es extraña a su propio creador (tanto al sujeto humano como al creador del Universo) porque puede ser violenta, mediocre, mal hecha y enajenante y la objetivación se vuelve, así, una desmembración negativa para el propio individuo que la crea y la trae al mundo de los fenómenos reales. Es, justamente, lo que sucede con la objetivación de la ultraizquierda en todas sus tendencias, especialmente la maoísta-liberal porque, incluso, puede ser parte de toda una estrategia político-religiosa de manipulación de las masas populares por parte de las familias y élites poderosas para perpetuar su poder indefinidamente. Intentaré demostrar lo anterior en varios ensayos y con ejemplos de mi vida personal y mi experiencia autobiográfica con la izquierda ultraliberal conservadora radical hondureña e internacional.
Ello, porque, si la objetivación de la obra en la realidad es destructiva y violenta, hay que buscar la causa fundamental que se esconde detrás y está oculta y encubierta en las ideologías radicales de dicha autoenajenación desorbitada y tratarla filosóficamente para que pueda ser eliminada para siempre como objetivación ultra dañina y enferma para toda la Humanidad.
No es casual que los maoístas ultra radicales tengan un comportamiento altamente violento, sádico y sanguinario pues lo han aprendido de su maestro Mao Tse Tung, el cual no supo romper con la cadena de violencia que había sufrido en su propia vida y trasladó su deseo de venganza personal a la política de la llamada “revolución cultural” en China, que solo constaba de un libro rojo de su propia autoría. Miles de intelectuales chinos fueron obligados a “vivir la práctica y aplicar la teoría marxista maoísta” al ser enviados a trabajar y sudar en el campo, mientras Mao se vanagloriaba de hacer una transformación de los campesinos y no solamente de los trabajadores. Por ser Latinoamérica una región ante todo agrícola, estas ideas encontraron, junto a las del foquismo del Che Guevara, una amplia base entre los izquierdistas que pretendían hacer la revolución desde el campo a la ciudad como cómplices de las mismas élites poderosas.
Frases tan sanguinarias y con total falta de filosofía relacional dialéctica como las que siguen, confirman que Mao era un simple ideólogo, sumido en la total oscuridad de la táctica, y no un pensador estratega, y, además, era un hábil manipulador que no estaba en todos sus cabales. Sobre la política y la guerra dijo lo siguiente: “La política es una guerra sin efusión de sangre, y la guerra una política con efusión de sangre”. Sobre el enemigo dijo: “Debemos apoyar todo lo que el enemigo combata y oponernos a todo lo que el enemigo apoye”. No obstante, también aprenderemos de él para enviar al ostracismo a nuestro enemigo principal en nuestro tiempo actual en Honduras y Centroamérica, ¡porque el enemigo está en nuestro propio país y en nuestra propia región!
Empezaré mi relato diciendo que mi seudónimo en la Juventud Comunista de Honduras fue Rosa Amalia Elvir y mi reclutadora fue la gorda socióloga, que nunca quiso poner mis textos en el Departamento de Sociología de la UNAH, Lourdes Aguilar. Conocí a muchos integrantes de la JCH que, en su trato conmigo, resultaron ser ultraizquierdistas y misóginos tales como, Roberto Zelaya, quien, aunque tenía un buen discurso, me trató muy mal, y a quien la policía le dio una paliza tal que tuvo que salir de Honduras a Francia para curarse de los golpes, pero no resistió el tratamiento médico, y murió allá.
Recuerdo esto porque en una ocasión la junta directiva en pleno andaba por las calles del centro de Tegucigalpa y un compañero y yo nos percatamos de que la policía nos venía siguiendo; entonces Roberto Zelaya que andaba cargado de documentos delicados y no se había percatado de nada, al decirle nosotros lo que pasaba me dijo que me subiera a un bus y me llevase yo sola los documentos a mi casa. Con mucho miedo, subí al bus y llegué a mi casa, sana y salva, pero muy nerviosa y prácticamente traumatizada. Apenas tenía 16 años.
El guardaespaldas de Roberto Zelaya era en ese entonces, Armando Orellana, también ex miembro de la JCH y actual integrante de un movimiento de LIBRE junto a la candidata presidencial, Rixi Ramona Moncada. Este individuo estudió marxismo en Bulgaria, becado por el PCH, afirma ser sociólogo y durante un tiempo estuvo ayudándome con la venta de un libro mío en la Universidad Pedagógica Nacional “Francisco Morazán”, pero me hizo reeditar toda una edición completa y luego no quiso vender más libros.
Lo mismo le sucedió a mi padre, Longino Becerra Alvarado con el Partido Comunista de Honduras. Por sus habilidades como escritor lo tenían de secretario y él les escribía los folletos y todos los documentos a los “camaradas”; redactó así muchos documentos bajo el seudónimo de Asdrúbal Ramírez. Mi padre se daba el tiempo para leer y estudiar, pero sé que le preocupaba ver que ninguno de estos militantes leía libros de filosofía general, solo los manuales de marxismo-leninismo que llegaban de la ex Unión Soviética. Para él esto nunca fue suficiente y llegó a tener una de las bibliotecas más completas de toda Honduras, con muchos libros de autores clásicos que él leía intensamente y que me enseñó a apreciar. Recuerdo que me contó que en su niñez le había dicho a su padre de origen mexicano, Víctor Becerra González, que “quería ser escritor”, a lo que el abuelo, que siempre reservaba algo de su mísero salario para comprar un libro al mes, le dijo: “Entonces tienes que leer mucho”. Mi padre se propuso, pese a las exiguas condiciones de pobreza de la familia, leer 100 páginas diarias, y convirtió ese propósito en una meta que logró alcanzar. Leía por la noche, a la luz de un quinqué, porque la familia no podía pagar la electricidad.
Los izquierdistas liberales y neoliberales nunca han leído ni se han formado filosóficamente o solo lo han hecho para la guerra, muchos de ellos desprecian a la filosofía en general y solo se interesan por la ideología del marxismo-leninismo pero como táctica, despreciando la dialéctica que este también encierra. Son tactieros y hacen tactirería. Recuerdo que Edgardo “Tony” Rodríguez tampoco leía y pasaba aburrido haraganeando y en unas vacaciones mías en Honduras, como es un tipo ordinario, me trajo una máquina de escribir para que le hiciera un trabajo. Yo lo mandé a la mierda con todo y máquina, de regreso por donde vino y lo olvidé. Mi esposo es bien diferente, muy trabajador, cuidadoso y bondosos. Es el amor de mi vida, y siempre se lo hago saber. ¡Lo amaré mañana y siempre!
Otros varones y mujeres ultraizquierdosos de la JCH que conocí y con quienes fui al Congreso de la FESE en Tela en donde me gritaron la consigna: “con Irma Becerra nos vamos a la guerra”, fueron Luis Sosa, el gritón en las calles y marchas populares, hoy miembro de LIBRE; Marvin Barahona, el historiador soberbio narcisista al que no se le pueden sugerir ideas ni criticar; Elvin López, de quien teníamos sospechas era agente de la temible Dirección Nacional de Inteligencia (DNI) y que hoy es profesor de la Cátedra Morazánica del Ministro de Educación, Daniel Sponda. El egocentrista Elvin me ha hecho muchas promesas de distribuir los libros sobre Francisco Morazán de mi padre, pero siempre tiene excusas como que “en el Ministerio de Educación no hay gente decente porque solo abundan los corruptos”; el orgulloso Saúl Sánchez, quien por años trabajó en la formación de docentes en la UPNFM y siempre me prometía poner mis libros de texto sin cumplir nunca; Delia Merlo, la conflictiva catedrática de Derechos Humanos; Tania Padilla Young (hija de Rigoberto Padilla Rush) y su íntima amiga, Herminia Palacios, las que tampoco estudiaban sino que se dedicaban a comprarse ropa y cosméticos caros y a hablar solamente de superficialidades y que me trataron muy mal en Leipzig y en Berlín Oriental, cuando me enfermé de meningitis y estuve interna en un hospital para enfermedades infecciosas en Pankow. ¡Aquí está, pues, la consigna de guerra total!
De los comunistas hondureños del PCH que conocí en Alemania Democrática y Alemania Federal puedo relatar algunos hechos abominables concretos contra mi persona. Está, en primer lugar, el asqueroso, feo y abominable dirigente de la Normal de Varones y dasónomo alcohólico racista, que terminó expulsado de la RDA por macanear a sus compañeros alemanes de habitación en Dresde, Marco Aurelio Hernández, hoy radicado en Alemania Federal, y que había creado una forma de bailar pegado con las que él decía podía excitar a las mujeres alemanas para llevarlas con seguridad a la cama. Como no me quise acostar con él me dijo que “tenía un culo bien feo, y que a los hombres les interesaban las mujeres con tetas y nalgas”. Este individuo es originario de Sulaco, Yoro.
El conocido sociólogo y embajador de Honduras en Alemania, Ricardo Lagos Andino, que, junto a Sonia Zelaya de Umanzor y Antonio Umanzor, acostumbraban a hablar de vulgaridades ante mí y a burlarse de mi persona. Ricardo Lagos Andino, creó en Münster una organización social del PCH que se encargaba de dar cursos de español para los estudiantes alemanes a cambio de contribuciones económicas. Supuestamente, estos fondos eran destinados a proyectos, pero eran para el PCH y nunca se rendían cuentas de estos. Se invitaban desde Honduras a conocidos analistas para dar conferencias en el Comité de Solidaridad con Honduras y Centroamérica, en las cuales participó Ramón Custodio López, el padre Justo Milla y Mario Posas. Aunque la intención era buena nunca se intentó elevar la calidad de las conferencias y el boletín informativo que se publicaba y los alemanes se quejaron conmigo de que sentían que se estaban burlando de ellos. Sin embargo, el nivel de los alemanes del Comité tampoco era mejor. Eran, en su mayoría, hippies emocionados con el proceso revolucionario centroamericano. Recuerdo a una tal María Rosery la que, al decirle yo que tenía la intención de al culminar mis estudios, regresar a Honduras para trabajar con mi papá, me dijo riendo que “padecía del complejo de Edipo”. Mi esposo participó en estos cursos de español y su profesor fue Luis Cerna, otro izquierdista inestable, poco serio, que solo hace chiste de todo y no sigue sus propios consejos. Mi esposo es testigo de que Ricardo Lagos Andino invitó a unos comandantes guerrilleros nicaragüenses a un evento en Frankfurt y les pidió a todos los alemanes del Comité que no lo llamaran por su nombre verdadero, sino que le dijeran “comandante Arturo” porque andaba de incógnito en misión especial. Completa payasada. A mí me tocó varias veces traducir del español al alemán para Custodio López, pero este se enojó conmigo porque yo, puesto que el contenido de su discurso no era profundo, me enredaba y traducía muy mal. Me gritó entonces que “tradujese de manera exacta lo que él me decía”. Es lo que hago ahora.
Hay un hecho muy cruel que me afectó bastante. Fue cuando el comunista de ultraizquierda, el economista que había estudiado en Rumanía, Pedro Morazán Irías, que en ese entonces vivía en Hamburgo con su mujer alemana embarazada ya fallecida, Silke Becker, me invitó a su casa para que yo pudiera arreglar mi pasaporte en el consulado de Honduras en esa ciudad. Le indiqué con un telegrama que llegaría y me desplacé desde Berlín Oriental en tren hasta Hamburgo, en una noche fría de invierno. Llegué a su apartamento y toqué su puerta, pero no me abrió, esperé varias horas mientras la noche avanzaba y nada. Entonces caminé por la calle buscando un teléfono y una anciana mujer alemana que vino a mi encuentro me preguntó que qué hacía tan tarde en la calle. Le dije que necesitaba llamar a un “camarada”, entonces ella me invitó a subir a su apartamento y seguí llamando a Pedro Morazán hasta pasadas las dos de la madrugada. Le pregunté a la anciana si podía dormir en su casa y me dijo que no había problema, que me podía quedar allí. A la mañana siguiente fui a buscar a Pedrito y me abrieron la puerta. Silke estaba desayunando y yo les pregunté a ambos que por qué no me había abierto la puerta, conté donde me había quedado y esperé a ver si me invitaban a desayunar con ellos porque yo no había desayudado todavía, entonces, Pedro muy enfadado, me gritó que ¡qué putas andaba haciendo donde la viejita! Entonces di la vuelta y regresé donde la entrañable señora que me sirvió un panqueque con manzana y té caliente. Luego volví muy alegre donde Pedro y Silke y les llevé como regalo dos botellas de champagne. Esa señora alemana que me rescató se llamaba Frau Zickler y vivía en la calle Friedensbergerstr. 31, su teléfono era el 297569. ¡Jamás olvidaré su buen gesto porque eso es historia relacional comprensiva, empatía y solidaridad verdadera! Hoy Pedro Morazán está casado con otra alemana de nombre Irene Knocke, la me dijo, al quejarme yo con ella acerca de la conducta de su esposo, que “mi esposo es de izquierda, pero no está ciego”. Ambos trabajaron en la organización religiosa sin fines de lucro, “Viento del Sur” o Südwind, pidiendo contribuciones económicas, y ambos tienen una hija que padece de grandes depresiones. Esta es la real historia de los hijos de padres narcisistas. Pedro también dirige un proyecto social en la aldea minera de San Juancito con familias desplazadas por la violencia, que se llama “Ángeles de San Juancito”, y que se dedican al cultivo de flores “para Silke” para la venta local y nacional. Ya esto es historia y olvido.
Pero no terminan aquí mis andanzas con este señor al que le gustaba hablar mucho y tenía un discurso muy aceitoso y empalagado. Era muy mujeriego, le ponía constantemente los cuernos a su mujer, y acostumbraba a conquistar mujeres alemanas que lo pudiesen ayudar económicamente. Como no me quise acostar con él y no me gustó su olor a negro mulato, le caí muy mal. Una vez, íbamos todos los hondureños caminando por Münster, con la mexicana María Yebra y la boliviana Moira, ambas amigas cercanas de Pedro, cuando de pronto este dice: “Miren a Irma, tiene la barriga inflada de tanto que se masturba”. Entonces, todos se rieron. Ya es historia real del inodoro del olvido.
Otros de los liberales que fueron estudiantes becados por el PCH en la República Democrática Alemana fueron Diosana Quijano (hija de Gladys Lanza) y que fracasó estrepitosamente en sus estudios, llegó hasta a estudiar la Carrera de cine sin éxito; los hermanos José Aníbal y Rafael Delgado Elvir, hijos del líder liberal, Aníbal Delgado Fiallos, los cuales se burlaban de mí y me llegaron a decir en complemento indirecto que era fea. Rafael Delgado solo esperó a que se cayera el muro de Berlín, para pasar al otro lado a probar, junto a su novia alemana, drogas y alcohol, hoy va de diputado en el movimiento “Todos por Honduras” del Partido Salvador de Honduras.
Entre las dirigentes ultraizquierdistas liberales del PCH conocí a Gladys Lanza y a Rosario Roiz, las que se habían propuesto quitarles los maridos a dos compañeras del partido: engatusar a mi padre, al que Gladys Lanza llamaba “Chiquitín” y, engatusar a Rigoberto Padilla Rush, al que Rosario Roiz terminó por conquistar quitándoselo a la compañera china Ismaela Young. Mi padre nunca le puso los cuernos a mi madre y se mantuvo fiel hasta el final. Luego, Gladys Lanza murió de un susto que le dieron por internet y Rosario Roiz está muy enferma.
Hay más, pero ahora dejaré un poco el pasado para retornar al presente más reciente y relatar mi experiencia con algunos dirigentes de LIBRE.
En primer lugar, con Rasel Tomé, quien fue invitado a mi casa y llegó con la esposa, mientras a escondidas me hacía miradas “intensas” con sus ojos verdes. Nelson Ávila y el trotskista Milton Benítez, los que llegaron al cumpleaños de mi papá y en cuyo evento Benítez no quiso comer aceitunas españolas que le ofrecimos con queso, porque dijo que “el sólo comía frijoles ya que era campesino”. Ahora está muy gordo en su puesto con LIBRE. Traté de trabajar intelectualmente con esta gente, pero fue imposible, igual con los hermanos Gilberto, Mariana y Francisco Ríos, Ricardo Salgado, Tatiana Lara, Barraza, Daniel Sponda, Anarela Vez Osejo, Divina Alvarenga, Hortensia Zelaya Castro alias “la Pichu” que se burló de las tesis adyacentes que contiene mi método de investigación científica que ella nunca aprenderá, etc. Ninguno de ellos quiso colaborar conmigo en la educación y formación del pueblo hondureño y me han ignorado y dejado sola hasta el día de hoy. Pueblo hondureño: ¡no votéis por LIBRE!
Para finalizar, dos últimas experiencias. Una con la entonces candidata presidencial, Xiomara Castro, a la que estuve asesorando en mi casa, esforzándome mucho por darle una perspectiva política auténtica y de principios morales, y una concepción filosófica sobre la mujer y otros temas trascendentales para Honduras como la superación de la izquierda hondureña de su dependencia emocional de Cuba, Nicaragua y Venezuela. Ella recibía mis documentos en nuestras reuniones, textos que me había costado mucho reflexionar, y en un santiamén los iba “leyendo”, al mismo tiempo, que afirmaba: “Esto sí, esto no, esto sí, esto no”. Yo no cobré ni un centavo por esas asesorías pero nunca me dieron ni siquiera las gracias.
Xiomara Castro me dijo que sabía disparar pistolas y que estaba preparada para gobernar, que no iba a reprimir al pueblo y también me aseguró que su suegro Melón era inocente de la matanza de Los Horcones en Olancho. Yo sólo la escuché y le repliqué que yo de armas no sabía nada, pero para mis adentros yo supe que estaba mintiendo porque mi padre había investigado exhaustivamente la complicidad de este terrateniente olanchano con los militares de la época en su libro Evolución Histórica de Honduras, así que solo la escuché hablar. Me dijo, además, que el Padre Melo tenía armas enterradas listas para ser utilizadas pero que no todos en LIBRE estaban de acuerdo con la lucha armada, porque Mel había dicho que el proceso iba a ser pacífico.
Y, finalmente, nuestra experiencia personal con Rixi Ramona Moncada. Al par de mi casa hay un expendio de licores llamado “Mónaco” que tiene permiso de vender alcohol para llevar pero que se llena de bolos en la acera por la noche y hacen escándalo, se orinan y defecan en mi muro y fuman marihuana y cocaína junto a mareros que los acompañan. Le hablé por teléfono a Rixi para que me ayudara a resolver este grave y molesto problema de convivencia ciudadana y mandó una única vez un comando antimara que asustó un poco a los borrachos pero que, después, al continuar yo escribiendo mis artículos críticos de LIBRE, se dio por desatendida y por más que la volví a llamar nunca más se interesó.
Estas son partes de este breve pero interesante informe, pero todavía hay más que seguirá en otros ensayos. Por lo pronto, hay que darse cuenta que tiburones danzones en estructura organizada relacional y espiritualmente acechan en la avenida que da al frente de la Casa Presidencial. Es la última oportunidad. Así es que, si LIBRE no se define filosóficamente y se convierte en un ente político espiritual libre de su extremismo político antisocial, tal vez los militares patriotas tengan que llevarse a esta señora de vuelta en camisón ¡para Costa Rica!
¡No soy de izquierda ni de derecha, soy de Honduras!