Si el relacionismo es el método de encontrar la posición, el lugar o la ubicación de un pensamiento o una idea, y, por tanto, de un sujeto humano que la enuncia, en el ser, especialmente, el ser histórico y social, entonces como método el relacionismo es capaz de descubrir en gran parte la verdad allí donde ésta se haya recubierta o encubierta de falsedad y mentiras.
Decíamos en el ensayo anterior que la ubicación de un pensamiento o una idea y del sujeto humano que la sustenta en el ser, nos lleva a preguntas concretas que establecen y determinan con bastante exactitud ¿qué o a quiénes defiende esa idea o ese pensamiento y por qué? Es decir, si se encuentra justificada en la existencia y la sobrevivencia mismas de la historia y la sociedad.
En este sentido, si una idea o un pensamiento y el individuo o la persona que los sostienen, defienden a través de dichas manifestaciones cognitivas meros intereses económicos particulares que no se pueden universalizar desde y para el ser, entonces estamos ante un discurso ideológico que solamente representa los intereses mezquinos de un individuo, un grupo, una familia o un partido político determinados, y no se trata entonces de intereses comunes de bienestar y protección del Bien Común de toda la sociedad y para toda la nación. Lo mismo vale o es válido para aquellas actitudes que acompañan dichas ideas o pensamientos que solamente buscan competir por liderazgos o por el máximo reconocimiento social de un solo liderazgo en una sociedad determinada, porque en la actualidad la dirección y la guía de una sociedad solamente se puede realizar como esfuerzo compartido entre hombres y mujeres que no anteponen su propia personalidad al trabajo en equipo, y cuyo liderazgo es por eso mismo auténticamente relacional.
El método del relacionismo o de relacionar intradireccionalmente los pensamientos y las ideas con el lugar que éstos ocupan en la historia y la sociedad va unido a la praxis concreta como el criterio más consecuente de la verdad y para encontrar la verdad. Ello, porque es a través de las acciones y no solo de las palabras y los discursos que se conoce mejor a una persona.
Desde la anterior perspectiva podemos saber con bastante certeza si estamos frente a una mentira según sea el alcance del interés particular expresado por un individuo o persona, para defender un aspecto determinado de la realidad a través del pensamiento y las ideas y a través también de actos de compañerismo que respeta la condición especial de la dignidad de todas las personas por igual.
Esta tarea de desentrañar la esencia particular o universal de los intereses humanos corresponde a la Sociología del Saber como teoría y método de concretización y diferenciación históricas de la Teoría del Conocimiento y la Ontología filosóficas. Se trata de ver estas ciencias filosóficas en complemento con la Sociología y la Política para poder encontrar la esencia en común de todo lo existente en la historia real de los hechos que tienen lugar en la realidad objetiva como tal.
En este sentido, podemos saber con mayor certeza quién miente y quién dice la verdad si analizamos sociológica, filosófica y políticamente toda la estructura ontológica de los intereses que esa persona representa, así como si en la enunciación de dichos intereses sobre todo universales y no solo particularistas, dicha persona se cuida las espaldas y se protege con la base legítima del acompañamiento de la autoridad del pueblo para no quedarse sola en su lucha porque la lucha solo se puede llevar a cabo de manera eficaz y protectora de la vida con esperanza, si se realiza en forma relacional.
Para aplicar el método del relacionismo hacia la defensa de la verdad relacional en tanto verdadera liberación del ser en la persona humana, veamos el deplorable y vil asesinato del defensor ambientalista, Juan Antonio López, el 14 de septiembre de 2024, acción que condenamos firmemente, igual que condenamos toda forma de violencia.
Muchas veces, Juan López, denunció la toxicidad de la explotación minera a cielo abierto, especialmente el vertedero de óxido de hierro en el río Guapinol de su comunidad. Muchas veces, como miembro regidor de la alcaldía de Tocoa, Colón, denunció los vínculos del alcalde Adán Fúnez con el crimen organizado y el narcotráfico y con la defensa se intereses económicos deplorables de empresas mineras que cuentan con el aval del gobierno hondureño. Muchas veces, el gobierno y el Estado hondureños no realizaron la investigación pertinente y aún hoy que ha sido asesinado, no hay mayor acción gubernamental por esclarecer el caso y condenar a los autores materiales e intelectuales del este. De hecho, ya han pasado cinco días desde el vil crimen, y Adán Fúnez continúa en su puesto y todos nos preguntamos ¿por qué LIBRE no le solicita la renuncia como alcalde y lo expulsa del partido, a pesar de haber salido en el video con Carlos Zelaya Rosales, en el que negocia con los narcotraficantes dineros para apoyar la campaña electoral de Xiomara Castro?
Julián López al parecer decía la verdad, y aunque no se cuidó, representaba intereses comunes de una comunidad que ya no puede utilizar el agua achocolatada de un río muy contaminado. A pesar de que sus intereses por la defensa del grupo comunitario eran particulares, esa particularidad es universalizable, porque constituía no un mero interés mezquino por el ser, sino un interés de defensa del medio ambiente en su conjunto, es decir, un interés crucial para la seguridad ambiental y climática de un país y del planeta.
Adán Fúnez, por el contrario, no pareciera decir la verdad, porque el lugar que ocupa en la sociedad hondureña no le ha hecho impedir y condenar el asesinato de su colega regidor. Antes bien, en la práctica no se ha unido desde el inicio a la defensa de las comunidades ante la extracción minera a cielo abierto y la contaminación del ambiente en general.
Si relacionamos, pues, estos dos comportamientos opuestos de defensa de intereses diametrales, veremos cómo las actividades individuales se ubican en el ser representando o sólo intereses egoístas particulares o intereses universales que se pueden generalizar y son válidos para la lucha concreta por el bienestar de todos.
Es preciso que para que se haga justicia contra la impunidad que, junto a la desenfrenada violencia, campean en la Honduras de hoy, las autoridades del Ministerio Público y el partido político en el gobierno, junto a la presidenta Xiomara Castro, no sólo enuncien condolencias y hagan discursos sobre el cambio climático en la ONU, sino que garanticen con hechos reales y prácticos, la seguridad ambiental ciudadana de nuestros pueblos y culturas. ¡Se trata hoy de realizar una Honduras libre, soberana e independiente de forma auténticamente relacional!