Continuamos reflexionando acerca de la pregunta sobre ¿dónde tiene su origen la violencia? Contestamos que quizá en la dependencia emocional que genera en la víctima, la agresión o el golpe infringidos, dependencia que se convierte, entonces, en manifestación externa o exteriorización física de la ira y la venganza. De ese modo, se va creando un círculo vicioso de la violencia como circularidad únicamente de una vuelta o solo de 360 grados que empieza a atacar y agredir a otros para compensar el daño recibido; pero que no alcanza a ser de dos vueltas o de 720 grados para ser ira completamente superada. El círculo vicioso con estructura de simple tornado violento que destruye todo a su paso y se autodestruye a sí mismo, precisa de una circularidad de rotación mayor para que, así entendido, pueda romper con la agresión, el golpe, el acoso o la invasión inicial.
Podemos revertir la violencia si creamos otro tipo de circularidad de torbellino, twister o tornado de 720 grados o dos vueltas completas, que no sea una simple rotación de lo mismo, y que no implique unas vueltas del cerebro en sí mismo para simplemente rumiar el dolor y el sufrimiento experimentados o la infracción injustamente provocada y recibida, sino crear rotaciones dobles de paz interior total así como reina en el centro del tornado, llegando a alcanzar en la estructura del círculo vicioso de la violencia, rotaciones ascendientes o Steigerungen, que conduzcan y se consoliden en concentraciones del olvido hacia el Bien. Ganando así, con un intenso trabajo en sí mismo y en los demás, un poder personal relativo que no continúe la violencia, sino que la elimine como mecanismo de defensa hacia el Mal sufrido, el cual es preciso olvidar para seguir adelante y para seguir viviendo. Esta es la micro física del poder relacional y correccionalmente liberado de toda forma de violencia.
Ahora bien, si trasladamos esta estructura del tornado de una concentración relativa de poder interno, a la defensa estratégica del Bien democrático participativo como obra de arte total en las relaciones internacionales no entendidas más o solamente como relaciones de poder, sino, sobre todo como relaciones entre humanos que poseen una moral y una conciencia moral antes que poder, podemos ver que la violencia entre las naciones se ejerce para volvernos dependientes emocionalmente del agresor en tanto pueblos que defienden su libertad y su soberanía, y que podemos liberarnos de ese círculo vicioso de la violencia internacional a través de una nueva macro física del poder que no nos obnubile ni confunda, sino que nos autorregule hacia la paz perpetua creando estructuras civiles y militares en forma de tornados de dobles vueltas y ascensiones programadas para ejercer el Bien desde una voluntad de la moral y no desde la ausencia de moral con poder. Las guerras, son así vistas, y, especialmente, las guerras de invasión externas, formas de manifestación externa de políticos con complejo de adolescentes que quieren “retar y desafiar a papá”, jugando a hacer lo que otros supuestamente no se atreven o atreverán, y para demostrar “todo lo que pueden hacer” ellos “por sí mismos y desprovistos de moral o rotando solamente en una vuelta rumiante”.
Examinemos, entonces, ahora, las actuales relaciones internacionales de una Geopolítica realizada hasta nuestros días desprovista de moral y derecho jurídico internacional, y sólo activada por el poder mismo o concentrado en sí mismo que rota y ha rotado en una circularidad simple de agresor y víctima de la agresión. Veamos algunas conclusiones a partir de un estudio del pensamiento perverso de Putin y la OTAN, antes de la guerra de invasión rusa a Ucrania.
Dada la falta de la palabra empeñada por parte de la OTAN de no expandir más sus fuerzas militares después de la caída del muro de Berlín en 1989 y otros incidentes expansivos, la OTAN pierde fuerza moral convincente y Putin logra aparecer como el más noble defensor de la paz mundial con pleno derecho a armarse para equilibrar las fuerzas militares en el mundo.
En la actualidad, Ucrania desea ingresar a la OTAN como el derecho de un país soberano mientras esta última se declara defensora de los principios democráticos y la libertad, principios a los que no puede ni debe renunciar, por lo que Putin responde que ellos, o sea la OTAN, son los agresores expansionistas por lo que va a defender a Rusia militarmente como derecho legítimo de defensa.
El falso dilema al que lleva Putin a Europa y a la OTAN con este discurso de que se está defendiendo la paz o el territorio ruso o un discurso de legítima defensa, se resuelve como sigue:
- La OTAN se compromete a cumplir con la palabra empeñada entre las potencias mundiales y, de ese modo, adquirir de nuevo la fuerza moral convincente para poder defender la democracia a nivel mundial.
- Los Estados europeos se aprestan a la defensa militar organizativa de toda su población en nombre de los principios democráticos y el derecho a la soberanía de los Estados y pueblos, incluyendo a Ucrania, a los que no pueden ni deben renunciar y a pesar de todo lo que diga Putin.
- Ello porque este es un mentiroso como ya quedó demostrado al decir, en los distintos diálogos que sostuviera con Biden y Olaf Scholz, meses precedentes a la invasión, que nunca atacaría militarmente a Ucrania. Con ello, Putin también perdió fuerza moral y demostró ser un político únicamente interesado en una voluntad de poderío de eterno retorno de simple rotación virulenta.
- Y porque, aunque Putin usa ahora el argumento de la legítima defensa y la de tener una mayor fuerza moral, siempre se aprestará a atacar militarmente e invadir al resto de los países que se le resistan porque es un político sin moral democrática al frente de un país con propósitos imperiales que está rotando sobre sí mismo en una circularidad no completa de la paz interna, y está girando sobre sí mismo en sus músculos bélicos desprovisto de reflexión razonada y razonable.
- El examen psicológico de la personalidad de Putin nos indica que haga lo que haga la OTAN, si recula o no, este siempre llevará a cabo sus intenciones belicistas porque lo que le interesa es hacer su voluntad para demostrar su poderío totalitarista o totalitario y personalista.
- Ante ello, no queda más que responder apelando a la conciencia de tornado de doble vuelta o 720 grados de la población rusa y apelando a la conciencia de los generales rusos para que detengan por sí mismos a un político atrapado en un círculo de violencia de simple rotación de tornado auto destructor y suicida. Y, porque el ejército ruso lleva las de perder ya que los soldados en combate no son unidades autónomas que pueden decidir por sí mismas como sí lo son los combatientes patriotas ucranianos, sino que los soldados rusos obedecen siempre a un comando central, que: ¿rotará sólo a 360 grados incapaz de plasmar la paz interna y externa de 720 grados?
Lo anterior, porque debemos luchar profundamente por la paz mundial ya que como bien dijo Albert Einstein: “No sé con qué armas se luchará en la Tercera Guerra Mundial, pero la Cuarta Guerra Mundial será librada con palos y piedras”.