Todos los profetas de todas las religiones del mundo han puesto el énfasis de sus enseñanzas religiosas de adoración a Dios, comenzando por inculcar valores morales al hombre y a los seres humanos, y centrándose en el mejoramiento y el bienestar de toda la Humanidad en el planeta Tierra, antes que en el más allá y en el cielo donde habitan las galaxias y las estrellas.
De ese modo, Mahoma, el último profeta de la religión musulmana, nos habla de la necesidad del autocontrol del carácter propio de la persona humana verdaderamente fuerte y selectiva. Así nos dice: “Una persona fuerte no es aquella que tira al suelo a su adversario. Una persona fuerte es la persona que sabe contenerse cuando está encolerizada”.
Lo anterior, nos enseña que debemos luchar por la convivencia pacífica entre todas las personas que habitamos el planeta Tierra, y que nuestra verdadera fortaleza reside en la calma que debemos tener para que no nos invada la ira y la cólera cuando los demás no escuchan nuestras intenciones de paz, sobre todo si estas son verdaderamente plenas de una buena intención: “Ciertamente las buenas obras dependen de las intenciones, y cada hombre tendrá según su intención”, continúa el profeta Mahoma.
En este sentido, si las intenciones de los presidentes Donald Trump y Benjamín Netanyahu, con su propuesta de 20 puntos para terminar con la invasión israelí en Gaza, son buenas y están corroboradas por una práctica de un accionar pacifista, entonces debemos esperar que los líderes de Hamás, por lo menos se sienten a negociar dicho acuerdo para no quedarse atrás manteniendo una imagen de terrorismo asesino fundamentalista religioso ante estas iniciativas. Porque el profeta Mahoma ha dicho que “el mejor de los hombres es aquel que hace más bien a sus semejantes”, tenemos la esperanza de que todos los que participan en este conflicto entre Israel y Palestina, depongan las armas y no continúen sin pensar en el bienestar de sus pueblos y el del planeta Tierra, por estar más concentrados en elegir las guerras fratricidas que nos destruyen tanto moral como físicamente, y nos hacen ver en las estrellas no luces brillantes que nos señalan el camino de Belén, sino espectros oscuros que solo brillan para ciertos hombres.
En este sentido, queremos que todos los líderes políticos del mundo comprendan que no son las galaxias y las estrellas lo que debe reclamar en este momento nuestra atención, sino los problemas serios de la Tierra, en la cual debemos estar más concentrados que en un más allá de vida eterna porque ¿de qué vale la vida eterna individual si no hemos logrado la vida eterna de la especie humana en el más acá de nuestro presente y nuestro futuro como conglomerado de pueblos y naciones provistas de fe y esperanza lumínicas?
No seamos egoístas, no pensemos en lograr el paraíso cada uno individualmente, pensemos mejor que lograremos entrar en el camino de Dios, cualquiera que sea la religión que se profese, como un conglomerado conjunto de personas racional y moralmente libres que aprecian el planeta, la única nave espacial de la que disponemos todos, y en la que vamos navegando todos en el cosmos.
Apelamos, pues, al sentido racional y común de mutuos hermanos, de todos los líderes y representantes religiosos de cada una de las religiones del mundo, para que se unan y exijan a los políticos y los líderes militares de todos los pueblos del mundo, que únicamente las buenas obras hechas en el respeto mutuo nos hacen más bien a todos porque somos próximos y semejantes y porque todos somos personas fuertes que ¡nos sabemos autocontrolar!

Excelente reflexión y enseñanza para ayudarnos a entender como debemos concebir el mundo …las doctrinas ..las ideas y adoptar una actitud coherente con la realidad