Con el juicio al expresidente hondureño, Juan Orlando Hernández, en el que se le ha encontrado culpable al habérsele comprobado su conspiración con el narcotráfico nacional e internacional, para traficar droga a Estados Unidos de América, asesinar a “colegas y competidores cómplices”, aprobar la extradición para eliminar y deshacerse de sus competidores y posibles competidores, traficar armas y corromper las instituciones públicas para proteger a los narcotraficantes, etc., en fin, en el juicio, repetimos, se ha podido observar la condición de criminal, delincuente y asesino de un simple político y máximo funcionario de Estado, lo que genera la necesidad imperiosa de desarrollar la depuración del Derecho local, nacional e internacional, para casos semejantes que aquí llamamos de terrorismo político.
No dudamos también, que el caso de Vladímir Putin sea igualmente la condición de criminal, delincuente y asesino de un presidente político que, bien podemos asegurar, sin temor a extralimitarnos, es el nuevo Hitler de nuestro tiempo. Así lo ha demostrado el documental ucraniano “20 días en Mariópol” que ha ganado el Oscar al mejor documental del 2024, y, que comprueba el genocidio del ejército ruso de la población civil ucraniana en esa guerra de invasión desde la Federación Rusa. Claro que Putin, simplemente dirá que se trata de nuevo de una mera propaganda de Occidente, y de “falsas noticias y evidencias” que provienen del “Ojo y el Reino del Mal”. Pero, precisamente, esas aseveraciones simplistas y primitivas le delatarán nuevamente como un simple político terrorista, criminal, asesino y delincuente, carente de conciencia política universal, de escrúpulos y principios morales y sobre todo, de mejores argumentos. Basta ver el documental para entender cuán absurdo es el poder que tiene Putin, y cuán frágil y vulnerable en realidad es, a pesar de su imposición de musculatura. No le tememos. ¡Ucrania vencerá!
No obstante, se precisa desarrollar y fortalecer el Derecho Internacional de los Pueblos a la Soberanía, la Independencia y la Autodeterminación, porque precisamos procesar y enjuiciar a todos estos terroristas políticos, criminales, asesinos y delincuentes, no importa en qué país gobiernen y no importa de cuánto poderío se encuentren rodeados. Esto es necesario y urgente para garantizar la materialización y la funcionalidad de la Ética de la Convivencia entre los Estados y las naciones y no solamente entre los individuos. El mundo lo necesita.
Se precisa que cada país cree mejores mecanismos de control de sus propios políticos para evitar que algún político local extremista se apodere del poder y lo ejerza contra su propio pueblo o contra un pueblo vecino. Estos mecanismos de control deben estar garantizados en la Carta Magna de cada país desde el principio de juricidad, es decir, de autoregulación intradirigida para cada funcionario público, no importa el cargo que este ostente. Invitamos a todos los abogados del mundo a que nos envíen sugerencias acerca de cómo podemos enjuiciar y procesar en un Nuevo Juicio de Nürenberg a Vladímir Putin, y cómo podemos erosionar y neutralizar su poder interno para que se derrumbe la jerarquía en cuya cúpula se encuentra sentado. El blog está abierto para sus intervenciones. Gracias.