Hablando con una funcionaria pública del actual gobierno de la presidenta Xiomara Castro acerca del peligro que encierra la ideología de género, esta me decía, que esa ideología no existe y que criticarla es un fundamentalismo que no permite el debate. Ante una posible fatal ignorancia e indiferencia por parte de algunos funcionarios públicos, me veo obligada a explicar más acerca de los extremismos que encierra dicha ideología por lo que debemos estar alerta ante su propagación e institucionalización por parte del Estado de Honduras.
En primer lugar, defino como ideología de género al empoderamiento actual extremista de la comunidad LGTBIAQ+ en su conjunto, en tanto una ideología que va contra el género femenino y los derechos de la mujer, al pretender igualar los derechos de los hombres, especialmente los hombres transgéneros, con los mismos derechos que tienen las mujeres o que deben tener las mujeres. En este sentido, la ideología de género sí existe y persigue el igualamiento agresivo de la diferencia sexual con las personas heterosexuales y la femineidad. Su extremismo agresivo se manifiesta en el empeño de sus integrantes y apólogos para exigir que se les reconozcan derechos exclusivamente sexuales que menoscaban la definición de persona en el sentido general filosófico, al reducir a esta a un instrumento o medio del placer y los instintos.
En el momento actual se haya encauzado un proyecto de Ley de Protección contra la violencia hacia la Mujer que parece encerrar, incorporar y enunciar elementos que equiparan los derechos de las mujeres con esa minoría de hombres transgéneros o binarios, lo que permitiría, si se aprueba, que en el futuro un varón o un hombre que se crea mujer pueda, por ejemplo, entrar al baño de las niñas o al baño de las mujeres, sin problema alguno. Esto es sumamente peligroso y dañino porque cualquier psicópata puede hacer de las suyas en esas circunstancias, aumentando con ello la violencia hacia las mujeres. Ello aún si hubiese baños exclusivos para dichos hombres “diferentes”. Debemos, pues, investigar más precisamente acerca de esta Ley para ver si realmente violenta los derechos civiles especificados en la Constitución de la República de Honduras, que no reconoce otros géneros alternativos más que el femenino y el masculino, y ver cómo se puede solucionar el problema.
De otra parte, ya hemos explicado antes, que dichas minorías sexuales deben ser ayudadas sicológicamente y deben poder decidir en su adultez y con el apoyo de médicos cirujanos plásticos, a qué género quieren pertenecer. Pero, lo que sí ya no es posible es que enarbolen la bandera de la diversidad sexual solo porque son diferentes a las personas heterosexuales, ya que es como si los que son heterosexuales debieran constantemente gritarlo al mundo y hacerse notar por ello. No es mérito alguno ser diverso sexualmente, ya lo hemos dicho, hacen falta mayores esfuerzos creadores para obtener el reconocimiento de la sociedad y los derechos de la mujer no son negociables ni se encuentran a debate, igual que los derechos de los hombres en general, porque son derechos inalienables de la persona humana, la única categoría válida cuando se habla de miembros de la especie y las especies que habitan el planeta Tierra. Tengamos pues, mucho cuidado al momento de querer implantar e implementar ideologías ajenas, extrañas y alienantes en nuestro país, que atentan contra la educación en valores y nuestra idiosincrasia y conciencia moral individual. No reduzcamos al ser humano a sus instintos ni a su cuerpo, porque no es en ellos que reside la grandeza humana sino en una biología que consta sobre todo de alma, corazón y espíritu. ¡No a la ideología de género y a toda suerte de ideologías en el mundo! ¡Por un mundo libre de toda ideología y manipulación de la sociedad! ¡Feliz día internacional de la Mujer!